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Ciberseguridad: Qué es y cómo protegerse

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En la era digital, la ciberseguridad se ha convertido en una gran preocupación para las empresas grandes y pequeñas. Las empresas de todo tipo están en riesgo, desde las grandes corporaciones de servicios financieros hasta los pequeños negocios minoristas e incluso los usuarios individuales que no toman precauciones básicas de seguridad.

Dado que las empresas registran más actividades en sus redes que nunca, es imperativo que las organizaciones cuenten con una estrategia de ciberseguridad eficaz para protegerse a sí mismas, a sus clientes, proveedores y socios, así como a sus sistemas y datos, contra las ciberamenazas.

¿Qué es la ciberseguridad y cómo funciona?

La ciberseguridad, también conocida como seguridad de la tecnología de la información, es la práctica de defender sistemas electrónicos, redes e información de ataques maliciosos.

Los ciberdelitos son la explotación ilegal de las redes y sistemas informáticos, que persiguen beneficios ilícitos, causando daños, pérdidas o riesgos mediante el acceso, modificación, eliminación o robo de datos sensibles.

Proteger un sistema entero requiere un enfoque por capas debido a la gran cantidad de dispositivos, redes y software que conforman un sistema, e incluye actividades como la supervisión y el escaneo, el endurecimiento y la aplicación de parches a los sistemas, el bloqueo de ataques y la realización de evaluaciones de riesgo.

Todas estas actividades y capas deben poder trabajar entre ellas sin fisuras para crear una protección unificada contra posibles ciberataques, así como revisar en busca de las posibles vulnerabilidades en el sistema para poder solucionarlas antes de que los hackers encuentren estos puntos débiles.

La principal prioridad de la ciberseguridad consiste en reducir la superficie de un ataque y mitigar estos cuanto antes, así como restablecer el sistema si ocurre algo e investigar el problema para prevenir que se pueda repetir en un futuro. También incluye la formación a formadores para minimizar al máximo el error humano.

Los 6 principios fundamentales de la ciberseguridad

La ciberseguridad debe encargarse de diferentes capas diferentes de seguridad, puesto que un error en una de ellas puede tener afectos en todo el sistema. Estas son algunas de las áreas a priorizar para mejorar la seguridad:

Parches y actualizaciones: cada día los hackers buscan errores y vulnerabilidades en aplicaciones de software, cuyos desarrolladores corrigen cuanto antes, por lo que resulta crucial aplicar estos parches para mantener el sistema seguro.

Formación: no se puede esperar que todos los de una organización sean expertos en ciberseguridad, pero todos deberían tener unas políticas bases que deberían adoptar. Se recomienda por lo menos que se conozca las ventajas de usar contraseñas seguras y del 2FA, así como saber identificar los intentos de phishing. Con una formación continua hacia los trabajadores, una organización puede reducir el riesgo de error humano al mínimo.

Software: existen cientos de programas de seguridad y elegir el más efectivo para cada organización no siempre resulta fácil. Es importante trabajar con software optimizado y escalable.

Monitorización: mantener un sistema seguro requiere una atención continua. Incluso después de instalar las mejores soluciones de seguridad y actualizarlas regularmente, la red debe ser monitorizada para prevenir.

Copias de seguridad: existen diferentes tipos de copias de seguridad, pero es recomendable disponer de copias regulares, además de almacenar una de estas copias en un entorno offline. Las copias resultan esenciales para minimizar interrupciones.

Respuesta ante incidentes: incluso después de seguir todos estos consejos, nadie te garantiza que estés al 100% protegido. Por eso, es fundamental tener un plan de respuesta. Al crear diferentes escenarios hipotéticos, un equipo de ciberseguridad puede planificar con tiempo y realizar entrenamientos para reducir el riesgo de un ataque.

Ciberataques más comunes

Existen muchos tipos de ciberataques dependiendo de los métodos usados o de su propósito. Estos son algunos ejemplos de los más habituales:

Malware: se trata de un término que engloba todo el código y software malicioso como spyware, ransomware, gusanos, etc. Una vez activo en un dispositivo, este puede instalar software adicional, robar información, bloquear el acceso a datos o pedir un rescate.

Phishing: se trata de una de las ciberamenazas más populares. Imita correos legítimos de una organización e insta a un individuo a descargar un archivo o a acceder a una página que imita una web legítima.

DDoS: un ataque DDoS (Distributed Denial of Service o Denegación de Servicios Distribuido) se centra en saturar un servicio y hacerlo inaccesible al enviar un volumen de tráfico muy alto desde diferentes fuentes. Este tipo de ataques ralentiza o incluso bloquea totalmente el acceso a su objetivo.

Man-in-the-middle: en este tipo de ataques, un hacker se introduce en una transacción entre dos usuarios sin interrumpir esta, momento en el cual intentar robar los datos transmitidos.

Inyección SQL: este tipo de inyección de código pretende interferir con las peticiones SQL de una página web introduciendo información y así poder ejecutar sus propias peticiones para modificar información de la base de datos.